Cuando el petróleo cae la economía crece, pero esta vez puede ser diferente

VICENTE NIEVES

21/01/2016                                                            elEconomista.es

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Expertos y economistas habían coincidido en señalar como positivos los efectos de la caída del precio del petróleo para la economía mundial. Sin embargo, ahora que el descenso del oro negro se ha convertido en un batacazo, las opiniones del algunos expertos son radicalmente opuestas: «El petróleo lastrará la economía. Una caída excesiva de su precio podría tener un efecto más contractivo que expansivo», puesto que todos los países productores y las grandes petroleras están implementando drásticos recortes.

Observando los precios históricos del petróleo West Texas (de referencia en EEUU) y Brent (de referencia en Europa), se puede ver como, tras los fuertes ascensos del crudo en 1990, 2000 y 2007, la economía de EEUU y Europa entraron en recesión y sufrieron crisis económicas importantes.

Por el contrario, cuando los precios del crudo se han mantenido estables y en precios relativamente asequibles, la economía de EEUU y Europa se ha expandido. Anatole Kaletsky, economista jefe de Gavekal Dragonomics (instituto de investigación económica), explicaba hace unos meses que «el petróleo es un indicador perfecto, pero funciona al contrario de lo que muchos piensan: cuando los precios del crudo caen nunca han previsto correctamente una recesión».

Precios del Brent. Las franjas grises representas periodos de recesión en EEUU

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Según este economista, cada recesión global que se ha producido en los últimos 50 años ha venido precedida por una subida de los precios del crudo, mientras que los descensos del precio del oro negro han sido el aviso de que iba a comenzar un ciclo expansivo. Pero esta vez, lo que está ocurriendo con el petróleo es bastante más grave y sus efectos pueden ser los que habían pronosticado los economistas más pesimistas.

Un petróleo muy ‘barato’

Y es que desde 2006 ha sido complicado ver los precios del Brent por debajo de los 70 dólares (salvo unos meses de 2008). Ahora, el crudo cotiza en unos 28 dólares por barril, unos precios no vistos desde hace doce años. Según Bloomberg, hay varios tipos de petróleo que si se descuenta la inflación podrían estar marcando niveles de la década de 1980. Por eso, los países más dependientes del crudo (los productores) están sufriendo su particular crisis, lo que ha obligado a Arabia Saudí, Venezuela o Rusia a implementar medidas de austeridad para intentar sobrevivir.

Una de las hipótesis que intenta demostrar los beneficios de una caída del petróleo sobre la economía global es que los consumidores gastan esta renta extra (derivada del ahorro energético) de forma rápida, mientras que los gobiernos (que se quedan la mayor parte de los ingresos del petróleo) suelen mantener en niveles similares su gasto público, cuando el petróleo cae y los gobiernos se quedan sin ese dinero extra, rápidamente recurren a los mercados de deuda o a sus fondos soberanos para mantener en niveles parecido su gasto público. Pero en esta ocasión, el descenso del precio del crudo está siendo tan drástico y prolongado, que estos países se están viendo obligados a realizar recortes.

El premio Nobel de Economía, Paul Krugman, asegura que «un 10% o 20% de caída del petróleo puede tener efectos positivos. Pero un descenso del 70% tendrá realmente efectos drásticos sobre los productores; que finalmente tendrán fuertes problemas de liquidez».

Normalmente, un descenso de los precios del petróleo suelen servir como forma de redistribuir los ingresos entre agentes. Las familias con menos ingresos tienen una mayor propensión a consumir (tienen que dedicar un mayor porcentaje de su renta al consumo), por lo que supone un balón de oxígeno. Mientras que los ‘ricos’ países productores de petróleo pueden tirar de sus reservas para mantener el gasto público durante un tiempo. Sin embargo, cuando el descenso del petróleo es mucho más acusado y prolongado los efectos pueden pasar a ser negativos.

Estos efectos ya se están viendo: «Arabia Saudí se está viendo forzada a implementar políticas de austeridad muy drásticas, mientras que las empresas de fracking, que están muy endeudadas, se enfrentan a una crisis de sus balances financieros».

Por todo ello, puede que esta vez sea diferente y la caída del precio del petróleo termine afectando de forma negativa al crecimiento de la economía mundial. Pero aún es demasiado pronto para dar una veredicto, aunque muchos de los países productores ya se encuentran en recesión, los países importadores de crudo aún siguen registrando crecimientos del PIB y descensos en el desempleo.